Como mis dos peques (Mateo y Daniela) no paran de decirme que ellos también quieren hacer cosas como yo, decidí hacer un mini taller casero para entretenernos la tarde de un sábado. Compré unos posavasos de madera y les dejé de todo para decorarlo. Éste es el resultado del de Mateo:
Daniela lo acabó envolviendo en papel, le puso un montón de celo alrededor (hace lo mismo con casi todo últimamente) y le he perdido la pista. No le quedó mal, qué voy a decir yo, pero desde luego no servía para apoyar vasos, dado el relieve que le puso. El caso es que lo pasamos bastante bien y Mateo me sorprendió "conectando" los colores (como él dice).
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